La Clinica
La
Clínica
Te
preparas para bañarte; buscas que ponerte entre la ropa aventada en el sillón,
pues te dio flojera organizarla la última vez que lavaste, por fin encuentras
algo que te puedes poner sin planchar; una blusa color marrón, un pantalón de
mezclilla, ropa interior de diferente color. En la regadera el agua caliente se
desliza sobre tu piel y te sientes libre; de repente, tu visión se nubla y solo
ves sombras, empiezas a turbarte, te trastabillas e intentas sostenerte de algo
sin éxito, solo puedes sujetarte de la pared del baño; haces un segundo intento
en caminar pero te es imposible y caes; el impacto de tu cabeza contra el suelo
hace que la casa resuene, agonizante sientes la sangre que gotea en tu cabeza,
tu perra Nala llega y con su lengua trata de limpiar un poco la combinación de
sudor, agua y sangre. Los ladridos dan aviso a tu madre. No volverás a abrir
los ojos hasta el día siguiente cuando en una cama de hospital con una jeringa
conectada a tu brazo, escuchas a tus padres decir que saliendo serás internada
en una clínica de rehabilitación.
Temblando
te bajas del coche, levantas tu cabeza al cielo e intentas sentir los rayos del
sol en tu rostro por última vez; tus padres tocan el timbre de la clínica Nuevo
Amanecer, ubicada en una zona exclusiva del sur de la ciudad, lugar donde
pasaras los próximos seis meses; al ingresar sientes una brisa de aire frio,
agachas la cabeza pues te intimida ver a los ojos a la persona que abrió la
puerta, después sabrías que se trataba de la Licenciada Karina Lopez, la
Coordinadora de la institución. Te sientas en una silla; de tu lado derecho tu
madre y de lado izquierdo tu padre, observas en la pared docenas de títulos y
diplomas que dicen “Reconocimiento a la Lic. Karina Lopez por su
participación en el curso/taller atención clínica de los trastornos
alimenticios”; encorvada en la silla empiezas a llorar mientras la Lic. Karina le explica y describe a tus padres cual es el proceso clínico que tu
vivirás; vigilancia de circuito cerrado las 24 horas, atención nutricional,
atención psicológica, acompañamiento espiritual. Te levantas de tu silla
apretando los puños cuando escuchas que no recibirás visitas hasta pasado los
tres meses y que eso dependerá de tu comportamiento al interior de la clínica,
por tu reacción iracunda tu madre duda en dejarte en la clínica e inicia una
disputa verbal con tu padre quien trata de convencerla de que es lo mejor para ti
y para todos en la familia; que de seguir así pronto estarás muerta. De repente
se abre la puerta de la oficina y volteas, ves a una mujer joven y bonita, es
Brenda, una interna que llego a la clínica hace tres años y que colabora en la
institución; es una especie de supervisora, amablemente te invita a pasar, sin embargo,
con tu actitud arrogante haces gestos; Brenda no se inmuta, está acostumbrada a
recibir docenas de mujeres jóvenes en tu misma situación. Las actitudes
neuróticas de autolesión, sabotaje y de riesgo las ha vivido al igual que tú.
Te da un vaso de agua helada y 500 mg de clonazepam para que te tranquilices un
poco, revisa tus pertenencias e intenta compartirte un poco de su experiencia,
tu no presta atención, bajas la mirada, aprietas los puños y no participas en
la conversación. Brenda te guía hacia el dormitorio, al ingresar observas
docenas de literas mal organizadas y preguntas si tendrás privacidad; Brenda
suelta una ligera risa burlona y te enojas, es el inicio de una relación de
peleas constantes. Una interna de nuevo ingreso por reglamento pasa un par de
días en cama, sin participar en ninguna actividad, entonces pasaras dos días en
cama dormida y somnolienta por el efecto del clonazepam, estarás acompañada de
Fanny, una interna de trece años, que no pesa más de cuarenta kilos y que lleva
un año en la clínica; es su tercera clínica en 5 años. En Nuevo Amanecer es en
donde ha permanecido más; ella será tu amiga, no se calla, es muy parlanchina y
no estas de humor para aguantarla; tratas de dormir o al menos cierras los ojos
para no interactuar, es parte de tu mecanismo de defensa cuando no toleras una
situación.
Te
dan de comer sopita de fideo en caldito de frijoles, una manzana y un vaso de
agua, solo comes la manzana; han pasado las cuarenta ocho horas de adaptación y
te avisan que bajaras a la junta de la noche, que te darán tu bienvenida, te
asustas pues no sabes qué es eso, te imaginas que te recibirán con un pastel,
globos y música; Fanny se ríe de ti y te prepara para lo que se te viene, te
dice que te sentaran al centro del salón mientras cada compañera te dirige unas
palabras; son las siete de la noche, es la hora acordada para tu junta de
bienvenida, al sentarte al centro del salón observas una docena de chicas de
aspecto cadavérico, con los ojos hundidos y negros, te preguntas como es posible
que usen sudaderas de manga larga con el calor que hace; también observas
múltiples cuadros con frases motivacionales colgados en las amplias paredes
blancas; te enojas y empiezas a hacer gestos cuando observas cuchichear a dos
chicas. La primera en subir es Brenda, será quien coordinará la junta y ella te
dará las primeras palabras; observas su rostro con una postura arrogante y
burlona y dices hacia dentro – maldita perra – y entonces Brenda da inicio a la
junta.
<Te sientas ahí como si estuvieras
bien, te ríes de todo y piensas que todas estamos locas menos tú, tomas una
postura de yo estoy bien todas están mal, me das lastima, pero te entiendo, la
anorexia es una enfermedad que nos va
matando poco a poco y anestesiamos el dolor detrás de una sonrisa, lo duro de
esto es que si no ponemos atención y somos disciplinadas podemos hacer llorar a
nuestra familia y pasar por momentos desagradables; pero tú, pareciera que
vienes a pasar un día de campo, exiges un trato diferente por ser bonita, pero
solo es la manifestación de la inmadurez ante la enfermedad; tu familia no te ha dejado crecer, te sigue
tratando como una adolecente y mírate ya casi tienes treinta, tus amigos son
más chicos que tú, algunos no llegan ni a los veinte años, te revuelves con
puros niños y te contagian de sus fantasías y falsas expectativas, tienes un
empleo rutinario y sin sentido y no te das la oportunidad de explorar algo más
allá de lo que conoces, el miedo
inconsciente te paraliza y lo que es peor aún, te alejas de aquellos que te
pueden enseñar cosas nuevas. Te duele ver en otros lo que tú no eres y
quisieras ser; la anorexia solo es el rechazo a tu madre, el problema es que no
tenemos el valor de decirle que se vaya a la chingada, que nos asfixia y
entonces lo hacemos a través de la comida, dejando de comer nos alejamos de
ella>.
Estas
encabronada, pero en el fondo sabes que es verdad, sabes que tu madre es una
adolescente de cincuenta años, trata de vestirse y verse igual que tú; la
segunda en subir a darte unas palabras es Fanny.
<Llegue a la clínica después de
intentar quitarme la vida por tercera vez, empieza Fanny con los ojos empapados,
solo quería adelantar la muerte porque de hecho ya parecía cadáver, los órganos
de mi cuerpo se estaban comiendo a sí mismos y entre ellos; mi estado de salud
era miserable; la primera vez que deje de comer fue después de cumplir siete
años, lo recuerdo porque fue cuando el novio de mi madre empezó a abusar de mí;
mi madre trabajaba en una fábrica en donde rolaba turnos y a veces le pedía a
su novio que cuidara de mí en lo que ella llegaba de trabajar; fue lo peor que
pudo hacer, eran esos momentos en los que el aprovechaba para tocarme, empezó a
tocarme mientras me bañaba, decía que era para que mi mama me viera linda
cuando llegara; cuando me bañaba me metía los dedos. Un día mi madre llego
antes de lo que regularmente lo hacía, era mi cumpleaños y había pedido salir
temprano a su supervisor pues quería hacerme una sorpresa , llego con un
pastel, globos y una caja de regalo que nunca abrí; al abrir la puerta de su
recamara vio a Mario encima de mí, yo tenía ya 9 años; mi madre se puso como
loca, se le fue a los golpes, lo rasguño pero obviamente Mario es más fuerte y
de un golpe la aventó sobre el ropero y salió corriendo de la casa, mi madre en
el piso se quedó llorando unos minutos le hice segunda desde la cama, ese día
me quise morir por primera vez; después de eso mi madre la paso mal, empezó a
beber y perdió el trabajo; el alcoholismo hizo que decidiera irme de la casa, estuve viviendo un tiempo en la calle, me
prostituía para poder comer>.
Después
de esa noche vives tu proceso más o menos normal; asistes a terapia individual
y grupal; te confiesas con un sacerdote de manera frecuente y haces tus deberes
con buena actitud. A los tres meses recibes la primera visita; tus padres
llegan puntuales; Brenda, la supervisora de la clínica tiene que solicitarles
que el pastel y los globos no están permitidos, que no es una fiesta. El
protocolo de visita incluye compartir una comida y conversar; por temas de
espacio solo pueden ingresar tus padres y no toda la caravana que llego.
Cumples
los seis meses de internamiento; con los ojos empapados le pides perdón a tus
padres; vives tranquilamente unos años, pero como estas enfermedades son
cíclicas, vuelves a recaer y la historia vuelve a empezar, solo que ahora el
final será trágico. Ingresaste al hospital pesando 36 kg, vestías una sudadera
y unos pants porque esto te permitía sudar, al salir de la clínica te la pasaste
haciendo dietas rápidas que solo hicieron que recayeras. Empezaste a vomitar
cada vez que sentías que habías comido demasiado, aunque todos sabían que solo
ruñías el pan y dabas pequeños sorbos al vaso de agua. El vómito constante
había desgastado tu tracto digestivo hasta casi quemarlo, los médicos afirman
que tu tráquea parece pavimento con chapopote. Mueres de una hepatopatía, tu
hígado ya no aguanto más.
Cuento escrito con narrador en 2da persona
ResponderBorrarExcelente abordaje sobre la anorexia y como la lectura te lleva a escuchar, la experiencia desde una clínica para poder comprender y entender que cada historia tienen un trasfondo. Gran tema y muy entendible.
ResponderBorrarMe gusto mucho la forma de abordar un tema tan difícil y desgraciadamente cada vez más normalizado
ResponderBorrarExcelente historia que detalla claramente la mezcla de emociones y realidades a las que se enfrentan las personas que padecen TCA 👌🏼
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