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Peces Angeles

  Jalando aire Ana llamo a Gustavo, le llamo con la intención de contarle la reacción de sus padres a la noticia de su promoción a su nuevo puesto. Esta, no le cayó nada bien a su padre quien no dijo nada, pero no pudo evitar fruncir el ceño cuando escucho la noticia en medio del desayuno. Se levantó de su silla y se fue azotando la puerta. Unas semanas antes Ana se había postulado a una oportunidad de crecimiento en la empresa en la que labora que implicaba mudarse a la ciudad de Monterrey. Llevaba tres años desempeñándose como Coordinadora de logística. Tenía hambre de crecer al interior de la organización que no dudo en decir si cuando le ofrecieron ser la gerente de la zona norte, aunque eso implicase mudarse a otra ciudad y dejar el hogar. Ana y Gustavo llevaban saliendo un par de meses, no obstante, se conocían desde hace dos años, ambos trabajaban en la misma empresa, él desde la heroica ciudad de Puebla y ella desde la hermosa ciudad de Guadalajara. Empezaron a verse ca...

El Reloj

    Subo el elevador en el cuarto piso de la clínica veintiuno, me dirijo a cuidar a mi padre quien se encuentra internado desde hace tres días por problemas renales, con diecisiete años es un reto para mí. Sentado en una silla a un costado de la cama, lo observo con mirada instigadora; con los ojos cerrados, respirando con dificultad, con pequeños tubos que se introducen por los orificios de su nariz y agujas que se clavan en las venas que sobresalen en sus brazos. Mi mente se va hacia los recuerdos de mi infancia, en particular uno. Rememoro con dolor las tardes que pasaba en la casa de la vecina, quien me cuidaba después de la escuela porque mis padres trabajaban. En mi memoria esta una mochila color azul llena de carritos con los que jugaba en lo que esperaba a que uno de los dos pasara por mí, evoco con nostalgia una pequeña almohada color verde, que me acompañaba a cada lugar que iba y estaba, esa almohada es fiel testigo de las lágrimas que han derramado mis ojos de...

Diario de un omnipotente

  Como no sé quién soy ni se  que es lo que quiero Suelo quererlo todo y serlo todo, Como no sé qué sucede dentro de mí ni sé que sucede fuera de mi Atropello con mis actos a los que me rodean, Como no sé cuáles son mis prioridades me estreso y enfermo. Mi falta de autoconocimiento hace que no tenga claro mis alcances y limitaciones Y entonces me frustro cuando las cosas no suceden como quiero y me exijo perfección.

30 años

      La vida de Pedro cambiaria para siempre el día que observo a su padre de la mano de una mujer que no era su madre. Pedro era un niño que por las tardes y en periodos vacacionales voleaba zapatos en la alameda central del centro de la ciudad, junto con su amigo Joaquín compraron una grasa color café obscuro, una brocha de pelo de caballo, un jabón de calabaza, un trapo de bolero, un cepillo del número dos y dos cajones. Ese día él había salido más temprano a chambear porque quería conseguir más clientes y ganar más dinero, ya que desde hace tiempo estaba ahorrando para comprarse unos tenis que le gustaban. En aquel momento era un preadolescente y los tenis representaban algo muy significativo e importante, pensaba que esos tenis le darían estatus y lo haría más popular con la niña que le gustaba.   Cuando vio a su padre caminando muy campante con esa mujer, quedo petrificado, pues ya tenía edad suficiente para comprender lo que estaba sucediendo. Desconcer...

La tía metiche

      Mi rostro se llenó de satisfacción cuando mi ginecólogo me confirmó que estaba embarazada, he deseado este momento desde que me case con Edgar, tengo treinta seis años y estoy reventada de que mi familia me esté preguntando que para cuando él bebe. Los días posteriores transcurrieron con normalidad, me sentía fatigada, y las clásicas náuseas y los vómitos mañaneros se hacían presentes. Estaba emocionada por ver juguetes en el piso y escuchar el llanto por las noches, mis primas me decían que no es tan agradable levantarse en la madrugada, pero yo tenía esa ilusión. Cuando le di la noticia a Edgar su rostro se puso pálido, no sé si porque lo tomo por sorpresa o porque la noticia no le agrado, la tristeza se apodero de mi cuando me abrazo después de cinco minutos de haberle dicho. Se había quedado pasmado. El proceso de gestación avanzaba, lo exámenes ecográficos y los monitoreos cardiacos fetales me daban tranquilidad. Sin embargo, el ginecólogo observó que los ...

Vivo lo que permito

      Antonieta sale corriendo de su casa como cada día, levantarse temprano nunca fue su fuerte, se dirige a su trabajo del otro lado de la ciudad, en el almacén de un pequeño restaurante, ella se encarga del área de compras. Sale afligida por los 39 grados de temperatura de su hija más pequeña; constantemente se va a trabajar preguntándose si estará haciendo lo correcto, le taladra su mente el pensar si solicitarle el divorcio a su marido fue una buena decisión; después de encontrarle fotos y mensajes de otra mujer y no decir nada, un día ya no tolero más y le hizo saber que sabía lo de la otra mujer, él no lo negó, solo se quedó en silencio y agacho la cabeza. -        Acaso estaré exagerando, tal vez solo sea una cosa sin importancia; no, si realmente quisiera arreglar las cosas me hubiera dicho algo, hubiera tratado de explicarme, pero no, se quedó callado, se hizo del delito, maldito infeliz, como fue capaz de hacer eso, tiene cua...

La Clinica

      La Clínica Te preparas para bañarte; buscas que ponerte entre la ropa aventada en el sillón, pues te dio flojera organizarla la última vez que lavaste, por fin encuentras algo que te puedes poner sin planchar; una blusa color marrón, un pantalón de mezclilla, ropa interior de diferente color. En la regadera el agua caliente se desliza sobre tu piel y te sientes libre; de repente, tu visión se nubla y solo ves sombras, empiezas a turbarte, te trastabillas e intentas sostenerte de algo sin éxito, solo puedes sujetarte de la pared del baño; haces un segundo intento en caminar pero te es imposible y caes; el impacto de tu cabeza contra el suelo hace que la casa resuene, agonizante sientes la sangre que gotea en tu cabeza, tu perra Nala llega y con su lengua trata de limpiar un poco la combinación de sudor, agua y sangre. Los ladridos dan aviso a tu madre. No volverás a abrir los ojos hasta el día siguiente cuando en una cama de hospital con una jeringa conectada a...